Manifestaciones bucales de las enfermedades
Los internistas, en sus
funciones como médicos generales y consultores, reciben solicitudes para
valorar a personas con enfermedad de las partes blandas de la boca, los dientes
y la faringe. Se necesita conocer el medio interior de la boca y sus
estructuras peculiares, para orientar en los servicios preventivos e
identificar manifestaciones bucales de enfermedades locales o sistémicas. Aún más,
los internistas a menudo colaboran con los dentistas en la atención de personas
con diversos trastornos médicos que afectan al buen estado de la cavidad bucal
o que serán sometidas a procedimientos odontológicos que incrementarán el
riesgo de que surjan complicaciones clínicas.
Enfermedades
de las piezas dentales y estructuras periodontales
Piezas dentales y
estructuras periodontales
La formación de los
dientes comienza en la sexta semana de la vida embrionaria y continúa hasta los
17 años de edad. El desarrollo de las piezas dentales comienza en el feto y
continúa después de que “hacen erupción”. En circunstancias normales, a los
tres años el niño tiene ya sus 20 dientes temporales (dientes de leche), que
pierde paulatinamente hasta los 13 años. Hacia los seis años comienzan a salir
las piezas permanentes, que son en total 32, y para los 14 años han mostrado
erupción todas, aunque a veces brotan más tarde las llamadas muelas del juicio
o terceros molares.
La pieza dental que ha
brotado consta de una corona visible cubierta de esmalte y las raíces, situadas
por debajo de la línea gingival y cubiertas por un cemento osteiforme. La dentina, material más denso que
el hueso y extraordinariamente sensible al dolor, comprende la mayor parte del
“parénquima” dentario. Dicho material rodea a un “centro” que es la pulpa mixomatosa y que
contiene vasos y nervios. El diente está anclado firmemente en el alveolo
gracias al periodontio, que es una estructura de apoyo que comprende las
encías, el hueso alveolar, el cemento y el ligamento periodontal. Este último
fija firmemente el cemento al hueso alveolar. Encima del ligamento existe una
franja de encía, inmediatamente debajo de la corona. Sobre la base de esta
última hay un espacio de unos cuantos milímetros de encía libre (1 a 3 mm) que
forma un surco superficial, en el borde situado entre la encía y la pieza
dental.
Caries, enfermedades de
la pulpa y periapicales, y complicaciones
La caries de piezas
dentales comienza sin generar síntomas, como un cuadro destructivo de la
superficie dura de los dientes. Streptococcus mutans, principalmente, y otras
bacterias, colonizan la capa orgánica de “amortiguamiento” en la superficie
dental para producir la llamada placa dentobacteriana. Si no son eliminados
por cepillado o por una acción natural de la saliva y las partes blandas de la
boca, los ácidos de las bacterias desmineralizan el esmalte. La caries es más
frecuente en las grietas y las depresiones de las superficies oclusales.
También son vulnerables las superficies junto a zonas de restauración y las
raíces al descubierto, por el hecho particular de que la población de adultos
mayores y ancianos todavía tienen dientes. Con el paso del tiempo la caries
afecta a la dentina subyacente, origina cavitación del esmalte y por último
penetra en la pulpa, con lo que produce una pulpitis aguda. En esta fase inicial en
que está circunscrita la infección de la pulpa, la pieza dental se torna
sensible a la percusión, al calor o al frío, pero el dolor cede inmediatamente
después de que desaparece la acción del estímulo irritante. Si la infección se
propaga a la pulpa, surge pulpitis irreversible que culminará en
necrosis de este tejido. En la etapa final el dolor es intenso y tiene
características penetrantes o pulsátiles de los dolores viscerales y empeora
con la persona en decúbito. Una vez que se ha completado la necrosis de la
pulpa el dolor puede ser constante o intermitente, pero se pierde la
sensibilidad al frío.
El tratamiento de la
caries consiste en eliminar el tejido duro reblandecido e infectado; sellar la
dentina al descubierto y restaurar la estructura odontológica con amalgamas de
plata, mezclas o aleaciones de materiales plásticos, oro o porcelana. Una vez que
surge la pulpitis irreversible se necesita el tratamiento de los conductos o
canales de las raíces y se extrae el contenido de la cámara pulpar y los
conductos mencionados, seguido de limpieza profunda, aplicación de antisépticos
y colocación de un material inerte. Como otra posibilidad cabe extraer la pieza
dental.
La infección de la pulpa
en caso de que no se propague por el esmalte cariado origina un absceso
periapical que
causa dolor con la masticación. Si la infección es leve y crónica, se forma un
granuloma periapical o al final unquiste periapical, y cualquiera de los dos
originará en la punta de la raíz una imagen radiolúcida en las radiografías.
El absceso
periapical no tratado erosiona el hueso alveolar y
produce osteomielitis, penetra y se propaga
por las encías (parulis) o disecciona planos
aponeuróticos profundos y produce una celulitis virulenta (angina
de Ludwig)
que afecta el espacio submaxilar y el suelo de la boca. Los ancianos, los
diabéticos y las personas que reciben glucocorticoides posiblemente sientan poco
o ningún dolor o fiebre, conforme surgen estas complicaciones.
Enfermedad periodontal
Esta enfermedad origina
más pérdidas de piezas dentales que la caries, particularmente en los ancianos.
A semejanza de esta última, la infección crónica de la encía y las estructuras
de fijación de las piezas dentales comienza con la formación de la placa
dentobacteriana. El trastorno comienza de manera invisible por arriba de la
línea de la encía y el surco gingival. La placa, que incluye la placa
mineralizada (cálculos), se puede evitar por
medio de higiene dental apropiada que incluya la limpieza periódica por un
profesional. Si no se emprenden medidas adecuadas surgirá inflamación crónica
que originará hiperemia indolora de las encías libres y fija (gingivitis) que de manera típica
sangra cuando se cepilla. Si no se emprenden otras medidas apareceráperiodontitis intensa, la cual
originará profundización del surco normal y destrucción del ligamento
periodontal. Alrededor de las piezas dentarias se forman “bolsas” que se llenan
de pus y restos. Al quedar destruida la zona periodontal la pieza se afloja y
se desprende. Al final se reabsorbe el hueso alveolar.
Las formas aguda y activa
de la enfermedad periodontal surgen con frecuencia menor que las crónicas que
hemos descrito. Sin embargo, si el hospedador está sometido a estrés o expuesto
a un nuevo patógeno, puede haber enfermedad del tejido mencionado, de evolución
rápida y muy destructiva. Un ejemplo “virulento” sería la llamadagingivitis
ulceronecrosante aguda (acute
necrotizing ulcerative gingivitis, ANUG) o infección de Vincent, que fue
llamada “boca de trinchera” en la Primera Guerra Mundial. El estrés, el desaseo
de la boca y el consumo de tabaco y alcohol son factores de riesgo de que surja
tal problema. El cuadro inicial incluye la aparición repentina de inflamación
de las encías, úlceras, hemorragia, necrosis de la encía interdental y aliento
fétido (halitosis). Laperiodontitis juvenil
localizada que
afecta a adolescentes es particularmente destructiva y al parecer se vincula
con deficiencia en la quimiotaxia de neutrófilos. La periodontitis que aparece
en SIDA se asemeja a ANUG
en algunos enfermos o a una forma más destructiva de la periodontitis crónica
de adultos, en otros casos. También puede originar un cuadro destructivo
similar a la gangrena de partes blandas de la boca y hueso que se asemeja al
cuadro llamado noma identificado en niños con malnutrición profunda en naciones
en desarrollo.
Formas de evitar la
caries y la infección periodontal
A pesar de la menor
prevalencia de caries dental y enfermedad periodontal en Estados Unidos, que ha
sido producto en gran medida de la fluoración del agua y la mejoría en los
servicios odontológicos, respectivamente, las dos enfermedades siguen siendo un
grave problema sanitario a nivel mundial y en algunos grupos particulares. El
internista puede alentar la profilaxis al incluir preguntas sobre los cuidados
en la higiene de la boca como parte de sus servicios de mantenimiento de salud.
Las poblaciones especiales expuestas al gran riesgo de mostrar las dos entidades
mencionadas incluyen personas con xerostomía (síndrome de Sjögren, la forma
farmacoinducida, y la que surge después de radiación de la cabeza y el cuello),
diabéticos, alcohólicos, fumadores, personas con síndrome de Down y sujetos
con hiperplasia gingival. Además,
las personas de bajo nivel socioeconómico que no reciben servicios dentales
adecuados y los que tienen poca capacidad de cuidado de su persona (como los
que viven en asilos, los que tienen demencia senil o discapacidades de las
extremidades superiores) muestran el trastorno con frecuencia desproporcionada.
Es importante dar orientación en lo que toca a la práctica regular de medidas
de higiene dental y la limpieza por profesionales, el empleo de pastas
dentífricas con fluoruro, las aplicaciones de fluoruro por parte de
odontólogos, el empleo de cepillos eléctricos en sujetos con disminución de la
destreza y dar orientación a los cuidadores, para que atiendan a personas que
no pueden valerse por sí mismas.
Trastornos del desarrollo
y sistémicos que afectan a los dientes y los tejidos periodontales
La maloclusión es el
problema más frecuente durante el desarrollo, y además constituye una situación
antiestética que interfiere en la masticación, si no es corregida por técnicas
ortodónticas. Es frecuente la impactación de los terceros molares y estas
piezas a veces se infectan. El prognatismo adquirido secundario a acromegalia también puede
ocasionar maloclusión, al igual que las
deformidades de ambos maxilares por enfermedad
de Paget de
huesos. El retardo en la erupción de las piezas dentales, la retrognatia y la
protrusión de la lengua son signos ocasionales de cretinismo e hipopituitarismo. La sífilis congénita
origina los llamados dientes de Hutchinson bífidos y con punta
más angosta y coronas de molares finamente nodulares (en frambuesa).
La hipoplasia
del esmalte origina
defectos de la corona que van desde depresiones hasta grietas profundas en las
piezas temporales o permanentes. Algunas de las causas de los problemas
mencionados son infección intrauterina (por sífilis o rubeola,) hipovitaminosis
(A, C o D), trastornos del metabolismo de calcio (malabsorción, raquitismo
resistente a vitamina D, hipoparatiroidismo), nacimiento prematuro, fiebre alta
o algunos defectos hereditarios raros (amelogénesis
imperfecta).
La tetraciclina, administrada en dosis lo suficientemente alta en los primeros
ocho años de vida, puede originar hipoplasia y manchas del esmalte. La
exposición a pigmentos endógenos puede manchar los dientes en desarrollo:
la 0eritroblastosis fetal (color verdoso o
negro azuloso); las hepatopatías congénitas (color verde o pardo amarillento) y
la porfiria (color rojo o pardo que emite fluorescencia con la luz
ultravioleta). Surgen manchas jaspeadas si la persona en su
etapa de desarrollo ingirió fluoruros en exceso. Con el envejecimiento, el
bruxismo o las exposiciones excesivas a ácidos se advierte desgaste del esmalte
(como sería en casos de reflujo gástrico crónico o bulimia).
La pérdida prematura de
piezas dentales que es consecuencia de periodontitis surge en casos de
neutropenia cíclica, síndrome de Papillon-Lefèvre o de Chédiak- Higashi, y
leucemias. La laxitud o aflojamiento focales rápidos de piezas suele depender
de infecciones, pero entre las causas menos frecuentes están histiocitosis X,
sarcoma de Ewing, osteosarcoma, o linfoma de Burkitt. La caída temprana de los
dientes primarios es un signo dehipofosfatasia, que es una alteración
congénita del metabolismo poco frecuente.
El embarazo origina a
veces inflamación intensa de las encías y granulomas piógenos localizados. Se
advierte enfermedad periodontal intensa en el síndrome
de Down y
en la diabetes mellitus. La hiperplasia
gingival puede
depender de la administración de fenilhidantoína, de bloqueadores de los
canales del calcio como la nifedipina, y del consumo de ciclosporina. Tienen un
aspecto similar la fibromatosis gingival
familiar idiopática y algunos trastornos afines a dicho síndrome. La
interrupción de la farmacoterapia suele revertir el cuadro farmacoinducido,
aunque a veces se necesitan intervenciones quirúrgicas para el control de los
dos trastornos. Surge en forma variableeritema
gingival lineal en individuos con infección avanzada por VIH, y
quizá represente deficiencia inmunitaria y disminución en la actividad de los
polimorfonucleares. La hinchazón difusa o focal de las encías puede ser un
signo de leucemia mielomonocítica aguda temprana o tardía,
y también de otros trastornos linfoproliferativos. Un signo raro aunque
patognomónico de la granulomatosis de Wegener es la gingivitis rojo-violácea y
granulosa (encías en fresa).
Enfermedades
de la mucosa de la boca
Úlceras
Las úlceras constituyen
algunas de las lesiones más frecuentes de la mucosa de la boca. Tienen
múltiples causas posibles, pero el hospedador y el perfil de las lesiones, que
incluyen la presencia de signos sistémicos, facilitan el diagnóstico
diferencial (cuadro
1).
Casi todas las úlceras agudas son dolorosas y ceden por sí solas. La mayor
parte de ese grupo lo constituyen las úlceras
aftosas recurrentes
y la infección por herpes simple. Las úlceras aftosas persistentes y profundas
pueden ser idiopáticas y surgir junto con la infección por VIH/SIDA. Las
lesiones aftosas suelen ser la manifestación inicial de la enfermedad de
Behçet. Pueden aparecer lesiones de aspecto similar, aunque menos dolorosas en
el síndrome de Reiter, y a veces aparecen
úlceras aftosas en fases del lupus discoide o del lupus
eritematoso sistémico. También aparecen úlceras similares a
aftas en la enfermedad de Crohn, pero a diferencia de la
variedad aftosa frecuente, su cuadro histológico incluye inflamación
granulomatosa. Se ha comunicado que las aftas recurrentes en algunos individuos
con enfermedad celíaca desaparecen cuando
se elimina el gluten de la alimentación.
Un cuadro de interés
particular lo constituyen las úlceras crónicas relativamente indoloras y las
placas mixtas de color blanco-rojizas (eritroplasia y leucoplasia) que duran
más de dos semanas. Hay que pensar desde fase temprana en la posibilidad
de carcinoma escamoso y displasia
premaligna y
obtener un fragmento de tejido para biopsia diagnóstica. Todo lo anterior es de
gran importancia, porque un cáncer en su etapa incipiente puede ser tratado con
mayor facilidad que cuando está en etapa tardía. Entre los sitios de alto
riesgo están el labio inferior, el suelo de la boca, las porciones ventral y
lateral de la lengua y el conjunto de paladar blando/pilares amigdalinos. Entre
los factores importantes de riesgo de que surja cáncer de la boca en países
occidentales están la exposición a la luz solar (labio inferior) y el consumo
de tabaco y alcohol. En India y otros países de Asia, una causa frecuente de
cáncer de la boca es el tabaco sin humo mezclado con betel (una nuez), cal
apagada y especias. Entre las causas menos frecuentes están la sífilis y el
síndrome de Plummer-Vinson.
Algunas causas poco
frecuentes de úlceras crónicas como tuberculosis, micosis, granulomatosis de
Wegener y granulomas de la línea media pueden tener un aspecto similar al del
carcinoma. El diagnóstico preciso depende de identificar otras manifestaciones
clínicas y extraer un fragmento de biopsia de la lesión. De manera típica elchancro sifilítico no duele
y fácilmente puede pasar inadvertido. Existe de manera invariable
linfadenopatía regional. La confirmación se logra por métodos bacterianos y
serológicos apropiados.
Los trastornos de
fragilidad de la mucosa pueden originar úlceras dolorosas de la boca, que no
curan en término de dos semanas. Los principales trastornos adquiridos
son penfigoide de mucosa y pénfigo
vulgar.
Sus características clínicas suelen ser peculiares, pero habrá que practicar un
estudio inmunohistoquímico para el diagnóstico y para diferenciar las dos
entidades del liquen plano y de reacciones a
medicamentos.
Enfermedades de la sangre
y nutricionales
Existe mayor posibilidad
de que los internistas atiendan sujetos con hemopatías adquiridas, y no
congénitas. La hemorragia después de algún traumatismo mínimo suele cesar luego
de 15 min y después de 60 min de haber sido extraída una pieza dental si se
aplica presión local. La hemorragia que dura un tiempo mayor del mencionado, si
no proviene de lesión ininterrumpida o rotura de un gran vaso, obliga a buscar
una coagulopatía. Además de la hemorragia, fácilmente surgen petequias y
equimosis en la línea de “vibración” entre los paladares blando y duro en individuos
con disfunción plaquetaria o con trombocitopenia.
Todas las formas de
leucemia, pero particularmente la mielomonocítica
aguda,
originan gingivorragia, y úlceras e hiperplasia gingivales. Las úlceras de la
cavidad bucal son un signo de agranulocitosis, y las úlceras y la
mucositis suelen ser complicaciones graves de la quimioterapia y de la
radioterapia contra cánceres de la sangre y de otro tipo. El síndrome
de Plummer-Vinson (ferropenia, estomatitis del ángulo de la boca,
glositis y disfagia) aumenta el riesgo de cáncer escamoso de la boca y de
cáncer del esófago en la red hística poscricoidea. Se advierten papilas
atróficas y enrojecimiento y ardor de la lengua en casos de anemia
perniciosa.
Las hipovitaminosis del grupo B
producen muchos de los mismos síntomas comentados y también úlceras de la boca
y queilosis. El escorbutotambién puede originar
hinchazón, hemorragia y úlceras en las encías, y aflojamiento de piezas
dentales.
Causas
extradentales de dolor en la boca
La mayor parte de los
casos de dolor en la boca provienen de inflamación o lesión de la pulpa dental
o de los tejidos periodontales, hecho que ha originado que muchos clínicos no
se preocupen por identificar causas extraodontógenas. En casi todas las
situaciones la odontalgia (dolor de muelas) es predecible y proporcional al
estímulo aplicado, y se detecta un trastorno identificable (como caries o
abscesos). La anestesia local elimina el dolor
que proviene de estructuras dentales o periodontales, pero no el referido. El
dolor mioaponeurótico referido a los músculos de la masticación es el problema
extradental más frecuente. Estos músculos son sensibles al tacto y duelen con
el empleo intenso. Muchos pacientes presentan bruxismo, que es consecuencia de
estrés y ansiedad. El trastorno
temporomandibular guarda relación íntima; afecta predominantemente a
mujeres de 15 a 45 años. Entre sus características están el dolor, la
limitación del movimiento del maxilar inferior, y chasquidos de la articulación
temporomandibular. Son muchas las causas y la maloclusión no desempeña el papel
principal que alguna vez se le atribuyó. La artrosis es una causa
frecuente de dolor al masticar. Se obtiene alivio con antiinflamatorios,
inactividad del maxilar inferior, consumo de alimentos blandos y aplicación de
calor. Una vez terminado el tratamiento, por lo regular cede el dolor. La
articulación temporomandibular está afectada en la mitad de sujetos con artritis
reumatoide y
suele ser un signo tardío de la enfermedad grave. El dolor preauricular
bilateral, particularmente por la mañana, limita el arco de movimiento.
La neuralgia
migrañosa a
veces muestra localización tan circunscrita a la boca que constituye un problema
para el diagnóstico. Datos importantes para su identificación son los episodios
de dolor y remisión de la molestia sin causa identificable y persistencia del
dolor a pesar del uso de anestésicos locales. La neuralgia
del trigémino o tic
doloroso puede
abarcar las ramas maxilar inferior o superior, en parte o en su totalidad, del
trigémino, y producir dolor en una pieza dental o algunas de ellas. El dolor
puede aparecer de manera espontánea o ser desencadenado al tocar el labio o la
encía, cepillarse los dientes o masticar. La neuralgia
del glosofaríngeo origina síntomas neuropáticos agudos similares en
la distribución del noveno par craneal. La deglución, el estornudo, la tos o la
presión en el trago auricular desencadenan dolor que es percibido en la base de
la lengua, la faringe y el paladar blando y puede irradiarse a la articulación
temporomandibular. La inflamación (neuritis) de las ramas maxilares
superior e inferior del trigémino (p. ej., en la sinusitis maxilar, el neuroma
e infiltrado leucémico) se diferencia de la odontalgia corriente por la
característica neuropática de la molestia. A veces, después de la extracción de
una pieza dental surge dolor fantasma. El dolor y la
hiperalgesia retroauricular y en la zona lateral de la cara constituyen algunos
de los síntomas tempranos de la parálisis de Bell en el mismo día en
que surge la debilidad de los músculos de la cara o un poco antes. En forma
semejante, antes de que surjan las lesiones visibles del herpes zoster que
afecta al séptimo par (síndrome de Ramsey-Hunt) o el trigémino,
aparecen síntomas similares a los descritos; cada uno de estos trastornos puede
ocasionar neuralgia posherpética como secuela.
La isquemia coronaria puede originar
dolor exclusivamente en la cara y el maxilar inferior. A semejanza de la típica
angina de pecho, puede reaparecer si se aumenta la “demanda” o se impone mayor
trabajo al miocardio. El dolor sordo en algunos molares o premolares superiores
puede señalar la presencia de sinusitis maxilar
superior.
Este diagnóstico clínico se puede reforzar cuando el dolor no cede con la
anestesia de las piezas dentales y cuando hay datos confirmatorios en las
radiografías apropiadas.
La arteritis
de células gigantes tiene como aspecto destacable la aparición de
cefalea, pero puede también originar dolor de la cara o faringitis que a veces
se confunden con otras entidades. La claudicación de los músculos masticatorios
y de la lengua con la masticación o el habla duraderas es relativamente
frecuente. Pocas veces surge infarto de la lengua. Las personas con tiroiditis
subaguda suelen
sentir dolor que se irradia a la cara o al maxilar inferior. Es posible que se
busquen causas intrabucales y faríngeas antes de detectar dolor a la palpación
de la glándula tiroides e hipertiroidismo transitorio.
El síndrome
de ardor bucal (glosodinia) surge sin que existan
lesiones de la mucosa y afecta predominantemente a mujeres mayores de 50 años.
Entre sus causas frecuentes y corregibles están prótesis dentales mal
ajustadas, ansiedad y depresión. El hábito de “sacar la lengua” también es
causa del cuadro en algunos ancianos. El síntoma a veces permite identificar
alguna hipovitaminosis B12, ferropenia, síndrome
de Plummer-Vinson, diabetes mellitus, infección leve por Candida, hipersensibilidad a
alimentos (como la canela) o xerostomía sutil.
Enfermedades
de las glándulas salivales
La saliva es esencial
para el buen funcionamiento de la boca. Sus componentes principales, que son
agua y mucina, constituyen un solvente de limpieza y un líquido lubricante.
Además, contiene factores antimicrobianos, como lisozima, lactoperoxidasa, IgA
secretoria, y también posee el factor de crecimiento epidérmico, minerales y
sistemas de neutralización. Las principales glándulas salivales secretan saliva
de manera intermitente en respuesta a la estimulación del sistema autónomo que
es muy intensa durante una comida pero no en otras circunstancias. La secreción
de la parótida es un material seroso o acuoso, la de la glándula sublingual es
más bien mucosa y la de la submaxilar incluye los dos elementos
equilibradamente. Se advierte secreción continua de moco por parte de cientos
de glándulas menores que están en los labios y los carrillos. Es fácil advertir
la forma en que se perturba la función bucal cuando disminuye la producción de
saliva. Se percibe boca seca (xerostomía) cuando el flujo de
saliva disminuye a la mitad. Las causas más comunes son fármacos, en particular
aquéllos con propiedades anticolinérgicas, aunque también intervienen en la
patogenia bloqueadores alfa y beta, bloqueadores de los canales del calcio y
diuréticos. Otras causas de xerostomía son el síndrome de Sjögren, la
parotiditis crónica, la obstrucción del conducto salival, la diabetes mellitus,
la infección por VIH/SIDA y la radiación contra cáncer de la cabeza y el
cuello. El tratamiento comprende eliminar o limitar el uso de fármacos
xerógenos, cuidados odontológicos preventivos y suplementos de líquidos
ingeribles. Los caramelos o el chicle sin azúcar pueden estimular la secreción
de saliva si la disfunción es leve. Si subsisten suficientes cantidades de
tejido exocrino, se pueden mejorar la secreción de saliva con pilocarpina o
cevimelina y aplacar así los síntomas. Los sustitutivos de saliva
comercializados o los geles de ese tipo alivian la sequedad, pero hay que
suplementarlos con aplicaciones de fluoruro para evitar la caries.
El cuadro inicial de
la sialolitiasis es el de una
hinchazón dolorosa, pero en algunos casos es sólo la hinchazón o el dolor. El
cálculo obstructor produce espasmo cuando el sujeto come. Las medidas
conservadoras consisten en calor local, masaje e hidratación. Es posible
expulsar los cálculos pequeños si se estimula la secreción de saliva con pastillas
de menta o gotas de jugo de limón. Si se sospecha infección por bacterias se
necesita la antibioticoterapia. En adultos con parotiditis
bacteriana aguda, en forma típica hay ataque en un solo lado y muy a
menudo afecta a personas que fueron operadas en los 14 días anteriores. Staphylococcus
aureus es
la bacteria que ataca con mayor frecuencia. La deshidratación constituye un
elemento importante de riesgo de que surja parotiditis, y también la senectud y
trastornos debilitantes crónicos. La sialadenitis
bacteriana crónica es consecuencia de la disminución en la secreción
de saliva y de infección bacteriana repetitiva. Si la infección bacteriana
sospechada no mejora con terapias habrá que ampliar el diagnóstico diferencial
para incluir neoplasias benignas y malignas, trastornos linfoproliferativos,
síndrome de Sjögren, sarcoidosis, tuberculosis, linfadenitis, actinomicosis y
granulomatosis de Wegener. Hay agrandamiento de ambas parótidas sin dolor en
caso de diabetes mellitus, cirrosis, bulimia, infección por VIH/SIDA y fármacos
(como yoduros o propiltiouracilo).
Entre todas las
neoplasias de glándulas salivales, 66% corresponden al adenoma
pleomórfico.
La parótida es la principal glándula salival afectada y el cuadro inicial es de
una masa firme de crecimiento lento. A pesar de ser una neoplasia benigna, la
masa reaparece si no se extirpa por completo. Las neoplasias cancerosas como
loscarcinomas mucoepidermoides, el adenoide
quístico y
el adenocarcinoma muestran un
crecimiento muy rápido, según su estadio anatomopatológico. Pueden ulcerarse e
invadir nervios y producir entumecimiento y parálisis de la cara y, por tanto,
empeoran el pronóstico global; la supervivencia a los cinco años es de 68% en
lo que toca a los cánceres de glándulas salivales.
Cuidados
odontológicos de sujetos con trastornos clínicos complejos
Los procedimientos
realizados dentro de la asistencia odontológica corriente (como serían
extracción de piezas, curetaje y limpieza, restauración de piezas y conductos
de raíces) son muy innocuos. El problema más frecuente que surge al atender a
enfermos odontológicos con trastornos clínicos es el temor de que haya
hemorragia excesiva si la persona recibe anticoagulantes, se infecten las
válvulas y prótesis valvulares del corazón por la siembra hematógena de flora
de la boca, y haya alguna complicación cardiovascular como consecuencia de los
vasopresores utilizados con anestésicos locales durante el tratamiento dental.
La experiencia ha confirmado que son muy pequeños los riesgos de las
complicaciones mencionadas (mucho menos de lo que imaginan algunos médicos o
dentistas).
La persona a quien se
extrae una pieza dental o se hacen manipulaciones en alveolos o encías rara vez
presenta hemorragia incoercible si se conservan las dosis de warfarina dentro de
los límites terapéuticos recomendados para evitar trombosis venosa, fibrilación
auricular o el buen funcionamiento de una válvula mecánica en el corazón. El
riesgo de hemorragia es pequeño, pero se han señalado casos de complicaciones
embólicas y fallecimientos al utilizar dosis subterapéuticas para la
anticoagulación. Es importante estar seguros, antes de cualquier tratamiento
odontológico y durante él, de que las dosis de anticoagulantes están en límites
terapéuticos. También podrá continuarse el uso de dosis pequeñas de ácido
acetilsalicílico (81 a 325 mg) innocuamente. La pérdida hemática se controla
con presión local (por medio de una gasa), suturas, aplicación de trombina o un
colutorio de ácido tranexámico.
Los pacientes con riesgo
grande o moderado de presentar endocarditis bacteriana deben mantener una
higiene óptima de la boca, que incluya el uso de hilo dental y la limpieza de
la cavidad bucal a cargo de un profesional. En toda persona con riesgo se
recomienda el uso profiláctico de antibióticos cuando se van a someter a
técnicas odontológicas que quizá originen hemorragia intensa y bacteriemia. En
caso de aparecer hemorragia inesperada, se obtendrá protección preventiva y
eficaz con antibióticos administrados 2 h después a la intervención.
Sin duda, la siembra
bacteriana de tipo hematógeno desde una infección en la boca originará
infección tardía de prótesis articulares y obligará a extraer el tejido
infectado (drenaje, extracción y preparación de conductos de raíces) y usar la
antibioticoterapia apropiada. Sin embargo, no hay pruebas científicas de que la
infección tardía de prótesis articulares aparezca después de los procedimientos
odontológicos corrientes. Por la razón comentada, no se recomienda la
profilaxis con antibióticos antes de procedimientos odontológicos en sujetos
con clavos, tornillos o placas ortopédicas. A pesar de lo señalado, se
recomienda dicha precaución en los primeros 48 meses tras haber colocado una
prótesis articular y en sujetos con prótesis de ese tipo que tienen artropatías
inflamatorias, un cuadro de inmunodepresión (inducido por fármacos, radiación o
enfermedad), diabetes mellitus de tipo 1, infección previa en una prótesis
articular, hemofilia o desnutrición.
Suele surgir duda y
preocupación en cuanto al uso de vasoconstrictores en personas con hipertensión
y cardiopatías. Los vasoconstrictores aumentan la profundidad y la duración de
la anestesia local y así permiten disminuir la dosis del anestésico y sus
efectos adversos posibles. Si se siguen precauciones para evitar la inyección
intravascular, será posible administrar innocuamente la lidocaína al 2%, con
adrenalina al 1:100 000 (limitado a un total de 0.036 mg de adrenalina) en
personas con hipertensión controlada y cardiopatía coronaria estable, arritmias
o insuficiencia cardiaca congestiva. Hay que tener precaución en personas que
reciben antidepresivos tricíclicos y betabloqueadores no selectivos, dado que
tales medicamentos pueden potenciar el efecto de la adrenalina.
Es importante diferir
cualquier tratamiento odontológico como mínimo un mes después de un infarto del
miocardio. Después de ese lapso es pequeño el riesgo de un nuevo infarto, a
condición de que el individuo esté estable médicamente (ritmo estable, angina
estable y sin insuficiencia cardíaca). En las personas que han sufrido un
accidente cerebrovascular los procedimientos odontológicos planeados deberán
diferirse incluso seis meses. En las dos situaciones, la disminución eficaz del
estrés obliga a que sean adecuadas las medidas analgésicas. Para ello se
requiere utilizar la dosis mínima del vasoconstrictor necesaria para obtener
hemostasia y anestesia local adecuadas.
Halitosis
La halitosis o “mal
aliento” normalmente proviene de la cavidad bucal o de las vías nasales. El mal
olor proviene de compuestos sulfurados volátiles que surgen de la
descomposición bacteriana de alimentos y restos celulares. Entre las causas
comunes están la enfermedad periodontal, la caries y las formas agudas de
gingivitis, prótesis con ajuste deficiente, abscesos de la cavidad bucal y
“recubrimiento” (sarro) de la lengua. El tratamiento incluye corregir el
desaseo, tratar la infección y cepillar la lengua. Cualquier causa de
xerostomía producirá y exacerbará la halitosis. El olor pasajero con algún
alimento como el ajo puede por sí mismo identificarse. En algunos casos el mal
aliento proviene de “bolsas” llenas de restos tisulares (hísticos) en las
criptas amigdalinas, divertículo esofágico, estasis de esófago (como se observa
en casos de acalasia y estenosis), sinusitis y absceso pulmonar. Unas cuantas
enfermedades sistémicas originan olores característicos: insuficiencia renal
(olor amoniacal, a orina), insuficiencia hepática (a pescado) y cetoacidosis
(olor dulzón frutal). La gastritis por Helicobacter
pylori también
puede acompañarse de aliento amoniacal. Para diferenciar entre un origen bucal
y nasal del problema, se tapa la nariz con los dedos en tanto se expulsa aire
por la boca, y se cierra esta última mientras se expulsa aire por las vías
nasales. Si no se puede detectar en forma objetiva el olor, habrá que pensar en
la posibilidad de seudohalitosis o incluso halitofobia, que representan grados
variables de enfermedad psiquiátrica.
Envejecimiento
y salud bucal
La pérdida de piezas
dentales y las enfermedades odontológicas no son consecuencias normales del
envejecimiento, si bien un conjunto complejo de cambios estructurales y
funcionales que surgen con la edad pueden influir en la salud de la cavidad
bucal. Los cambios sutiles en la estructura bucal (como disminución del espacio
y el volumen de la pulpa, esclerosis de túbulos de dentina, proporciones
alteradas del contenido de nervios y vasos en la pulpa) resultarán en una menor
sensibilidad al dolor o alteración de ella, disminución de la capacidad de
reparación e incremento en la fragilidad de los dientes. Además, la reposición
de ácinos salivales por grasa propia del envejecimiento puede disminuir la
reserva fisiológica y con ello agravar el riesgo de xerostomía por fármacos y
enfermedades.
La higiene deficiente de
la boca suele ser consecuencia de deficiencias de la vista o de pérdida de la
destreza manual y la flexibilidad de las extremidades superiores; esto es
especialmente frecuente en personas que viven en asilos, y hay que destacar que
la limpieza constante de la boca y los dientes disminuye la incidencia de
neumonía. Otros riesgos de caries dental comprenden una exposición escasa a
fluoruro, en forma permanente, y preferencia de algunos adultos mayores por
alimentos muy dulces cuando aminoran las funciones del gusto y el olfato. Los
factores comentados surgen en una proporción creciente en sujetos mayores de 75
años que conservan sus piezas dentales y que han sido sometidos a
restauraciones extensas y que tienen las raíces al descubierto. Sin los
cuidados personales y profesionales minuciosos puede avanzar demasiado la
caries y aun así no generar síntomas. El resultado es que gran parte de la
pieza o toda ella queda destruida antes de detectar el problema.
La enfermedad
periodontal, que es una causa principal de pérdida de piezas dentales, se
manifiesta por pérdida de la altura del hueso alveolar. A los 50 años más del
90% de los estadounidenses han tenido ya cierto grado de la enfermedad
mencionada. Los adultos sanos que no han presentado pérdida notable de hueso
alveolar al cumplir 60 años no presentan de manera típica el empeoramiento
notable que se observa con la edad avanzada.
La falta absoluta de
piezas dentales con la senectud es menos frecuente de lo que ocurría en
decenios anteriores. Sin embargo, se observa aún en casi la mitad de
estadounidenses de 85 años y mayores. La situación en cuestión altera en forma
impresionante el habla, la masticación y el contorno facial. Las prótesis
pueden mejorar la articulación del habla y restaurar los contornos
“avejentados” de la cara. Hay una recuperación menos predecible de la
masticación y la mejoría en ella no excede de 15% de lo normal. Las personas
que esperan que el uso de prótesis mejore la ingestión de alimentos suelen
sentir desencanto. Por otra parte, algunos de los objetivos alcanzables son una
imagen exterior más aceptable, el habla más fluida y una mejoría pequeña en la
masticación. Las prótesis necesitan ajuste periódico en el cual se tome en
consideración el remodelado inevitable que origina un menor volumen del borde
alveolar. Puede surgir dolor por fricción o lesiones traumáticas nacidas de las
prótesis mal ajustadas. Este último problema y el desaseo de la boca pueden
crear un entorno en el cual fácilmente surge candidosis. El cuadro en cuestión
puede ser asintomático o doloroso y lo denotan la presencia de tejido liso o
granuloso eritematoso, que “sigue” el perfil de la zona cubierta por el
dispositivo artificial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario